1. AMÉRICO VESPUCIO: Relato de un error histórico.
No descubro nada si digo que Zweig es un narrador magnífico. Tal vez no sea muy riguroso a la hora de realizar interpretaciones históricas pero ¿No es más interesante el Cicerón convertido en baluarte de la democracia frente a la tiranía que el oligarca con un obsesivo odio de clase contra los "popularis"? ¿No tiene mucha más grandeza el Erasmo imaginado por Zweig, el hombre que busca el entendimiento entre las naciones, que el irónico y desocupado autor del “Elogio de la locura”? En el ensayo sobre Américo Vespucio, que se lee casi como una novela, trata de descubrir la verdad sobre el personaje que arrebató la gloria a Colón para dar nombre al Nuevo Mundo. Vespucio no fue ni un falsario ni un gran navegante, simplemente fue el primero que reconoció en sus breves -y dudosos- escritos que las tierras recién descubiertas eran un continente distinto a Asia. A partir de aquí, una serie de errores y casualidades encumbraron al florentino hasta la gloria y, dice Zweig, no es del todo injusto. Al fin y al cabo se habla de América como la tierra de la democracia y de las oportunidades, nadie mejor que un hombre común, no un rey ni un emperador sino el miembro del grupo de los aventureros anónimos, para darle nombre.
2. CARTA DE UNA DESCONOCIDA.
Hay pocos autores tan delicados y profundos en la descripción de la psicología humana como Zweig. Lo que en otro hubiera sido un exceso romántico difícilmente digerible se convierte en Zweig en un sutil análisis del incondicional amor que siente una mujer por un hombre para el que esa aventura apenas fue un episodio ya olvidado. En todo caso, el autor no cae en la tentación de juzgar o condenar actitudes, nos describe un personaje despreocupado e inconsciente y hace también que nos preguntemos por las razones de la mujer para persistir en un amor que permanece inalterable con el paso de los años. Max Ophuls realizó la que tal vez fuera su obra maestra a partir del relato de Zweig; exquisito también, aunque mucho más ubicado en el drama romántico que su soporte literario. En el prólogo y en el epílogo de la película, Ophuls concede una notable dimensión trágica al personaje masculino, mostrándonos los efectos que provocará la carta en un individuo que iba a continuar degradándose en su frivolidad y desinterés.
3. EL MIEDO.
Tal vez sean más conocidas “Veinticuatro horas en la vida de una mujer” y “Carta de una desconocida” pero “El miedo” es, de toda la producción de Zweig, la obra más desgarradora y angustiosa. Nos cuenta la historia de una agonía, la que sufre una dama de la burguesía acomodada cuando es extorsionada por el adulterio en el que ha sido descubierta. El texto permite comprobar, por un lado, la penetrante capacidad de Zweig para describir el padecimiento de la mujer llevado a sus últimos extremos. El aburrimiento que le provoca una vida sin alicientes derivará en una aventura con la que busca salir de lo predecible, sentir la emoción de lo que escapa al orden. Hasta que la posibilidad de perder todo aquello que le proporciona el equilibrio acaba provocándole un miedo atroz, que además considera -en su irresponsabilidad- totalmente injusto. Por otro lado es, al tiempo, una crítica poco disimulada a la mentalidad burguesa que contrasta con el carácter bohemio del amante y con la chantajista desesperada que procede de las clases marginadas. La hipocresía es el concepto que nos proporciona la clave de la mentalidad burguesa y su incapacidad para asumir el compromiso de una vida basada en la autenticidad. Sin hipocresía es imposible construir una sociedad basada en el privilegio.
4. NOVELA DE AJEDREZ
Novela de ajedrez es el último relato que publicó Zweig muy poco antes de su muerte. Tiene un tono parecido al de "El mundo de ayer", las memorias que debía estar escribiendo casi a la par y en las que se aprecia la misma inquietud por una civilización y una cultura amenazadas por el nazismo. Zweig escribe de manera precisa, sin las complejidades de estilo que caracterizaban a algunos de sus contemporáneos pero con una penetración y calidad literaria que pocos igualan. El duelo entre el campeón, un auténtico palurdo sin más valor que su talento natural para el ajedrez, y un extraño personaje de pasado misterioso, es estupendo. Seguramente es de las primeras novelas que hacen referencia a los campos de concentración, aunque es curioso que para Zweig resultaba mucho más terrible la tortura de no poder leer un libro, encerrado en una habitación -todavía no se conocía la auténtica realidad del Lager-, que las penalidades de los campos de trabajo.
5. CASTELLIO CONTRA CALVINO: Conciencia contra violencia.
“Quien no comparte de lleno y espontáneamente lo humano, se comportará siempre de forma inhumana contra los hombres”.
El extraordinario ensayo sobre la controversia entre Castellio y Calvino se constituye en uno de los más firmes y contundentes alegatos contra el totalitarismo que se hayan escrito. Bajo la apariencia de una requisitoria contra Calvino, en realidad Zweig nos habla de él mismo y de su tiempo, de las consecuencias de la intolerancia y de la imposición de una dictadura del pensamiento que somete bajo el terror a toda la ciudadanía. Esto no quiere decir que no incluya una acertadísima caracterización del rigorismo calvinista, pero en la descripción de una sociedad controlada por un iluminado, al que sigue una población ansiosa de orden y temerosa del caos, hemos de reconocer necesariamente a Hitler. Frente a la tiranía surge la admirable figura de Castellio, el hombre de conciencia, el representante eterno de la libertad que siempre acaba apareciendo incluso en los momentos más graves y tenebrosos. Gracias a Castellio, y a aquellos que supieron defender la dignidad humana frente a la intransigencia y el fanatismo, el mundo no perdió la creatividad, la alegría y todos aquellos valores por los que todavía merece la pena vivir.