jueves, 26 de febrero de 2009

La Tertulia pondrá a Thomas Bernhard sobre la mesa


El nuevo libro elegido por la Tertulia Literaria Benigànim es El frío del escritor Thomas Bernhard y forma parte de su biografía. Por tanto, la mesa a la que se refiere el título de la entrada no es otra sino la que sirve para que los contertulios se sienten alrededor y expongan sus opiniones y/o críticas sobre la obra seleccionada. Bernhard ya había sido propuesto en dos ocasiones anteriores aunque con otra novela: Corrección.
De padres austríacos Bernhard nació en 1931 en Holanda, aunque ha residido casi toda su vida en Austria y Alemania. A partir de los años setenta escribió una autobiografía compuesta por cinco tomos: El origen, El sótano, El aliento, El frío y Un niño. El primero fue publicado en 1975 y el último en 1982. También es conocido por su obra poética y teatral. Murió en 1989.

domingo, 22 de febrero de 2009

La Tertulia se reunió para hablar sobre El hombre en el castillo


El pasado viernes 20 de febrero, la Tertulia Literaria de Benigànim se reunió el pasado para comentar el libro de Philip K. Dick "El hombre en el castillo". Fueron ocho los asistentes, incluyendo un nuevo miembro Rafa (de Física y Química) también del I.E.S. Les Foies de Benigànim. A la cita no faltaron habituales como Javi, Juan, Manuel (Cas), Elvira, Ximo y Juanfe y destacar que Manuel (F y Q) volvió a la tertulia después de dos ausencias consecutivas.
Entre la comida y la charla propiamente dicha, los contertulianos permanecieron en el local casi cuatro horas.
La novela de Dick resultó tan controvertida como se esperaba y su calidad, tanto literaria como argumentística, fue muy discutida y valorada de muy diferentes formas. La puntuación final obtenida por "El hombre en el castillo" fue de 5'5, siendo la nota más alta un 7 y la más baja un 4.
Para la siguiente tertulia se propusieron los siguientes títulos:

La sonata Kreuzer, de León Tolstoi.
La eternidad del instante, de Zoé Valdés.
Relato soñado, de Arthur Schnitzler.
El laberinto, de Panos Karnezis.
El edificio Yacobian, de Alaa Al Aswani.
El frío, de Thomas Bernhard.

Dado que faltan por votar varios miembros de la tertulia la decisión final todavía no está tomada. En breve esperamos anunciar en esta misma página la obra seleccionada.
También esperamos publicar próximamente los comentarios propios de los contertulianos sobre la obra de Dick llevada a debate el pasado 20 de febrero.

miércoles, 11 de febrero de 2009

Philip K. Dick: una mirada al hombre

Philip K. Dick (PKD para los "amigos") es un escritor de sobras conocido para los aficionados al género de ciencia ficción. Por cierto, él siempre ha querido ser un escritor de literatura general reconocido, pero escribía "novelitas" de ciencia ficción para poder comer y, supongo, porque tampoco se le daba tan mal. Acusado de escribir en algunas ocasiones bajo los efectos de las drogas, escritor maldito para algunos y una auténtica figura de culto para muchos, Dick es sobre todo controvertido, de ideas poco convencionales y como él ha afirmado en alguno ocasión muy propenso a meterse en líos. Asolado por numerosos traumas desde su infancia, comenzando por la muerte a las cinco semanas de su hermana gemela posiblemente por negligencia de sus padres, y con una agitada vida amorosa acumuló ideas originales y extrañas sobre la religión, hasta el punto de postular la existencia de una criatura divina a la que llamó Cebra. En su novela Sivainvi, posiblemente autobiográfica, expone sus ideas sobre esta identidad y él mismo aparece como personaje, además desdoblado, como Philip K. Dick y Lovehorse Fat, traducción de su nombre del griego al inglés y de su apellido del alemán también al inglés. Acuciado por crisis psicóticas y sueños variopintos a los que daba el poder de un oráculo, Dick llegó a afirmar que él compartía su vida en dos mundos paralelos, el nuestro y otro en el que el Imperio Romano nunca cayó y en el que él era un cristiano de nombre Tomás. Estas ideas las expone en su novela El hombre en el castillo en la cual uno de los protagonistas pasa momentáneamente de su mundo en el cual el eje había ganado la segunda guerra mundial a otro en el que, al igual que en el nuestro, esto no había sucedido así. También resultó polémica su intervención en la convención mundial de ciencia ficción de Metz, Francia, en 1977 en la que afirmó:
"[...]Algunos de ustedes saben, estoy seguro de ello, que mi
novela El hombre en el castillo utiliza este tema. En esta novela hay un mundo
paralelo en el cual Alemania Japón e Italia ganaron la Segunda Guerra Mundial.
En un momento determinado, uno de los protagonistas, el señor Tagomi, es
transportado a nuestro mundo, aquel en el cual las fuerzas del Eje perdieron.
Permanece en nuestro universo un lapso de tiempo muy breve, luego se ve
proyectado a su punto de partida, aterrorizado, inmediatamente después de darse
cuenta de lo que ha ocurrido... y evitará volver a pensar en ello ya que todo ha
sido para él una experiencia profundamente desagradable. Como japonés, este
encuentro ha sido con un universo peor que su mundo cotidiano. Para un judío, y
por razones evidentes, el nuevo mundo sería infinitamente mejor.
En El hombre en el castillo no explico realmente por qué o cómo el señor
Tagomi se ha deslizado a nuestro universo; simplemente, se sentó en un parque y
estudió atentamente una joya moderna hecha a mano, con un diseño abstracto.
Concentró fuertemente su atención y cuando alzó de nuevo los ojos se hallaba en
otro universo. Si no doy ninguna explicación a este acontecimiento es porque no
tengo ninguna solución, y desafío a cualquiera, escritor, lector o crítico, a que den
una. No puede existir ninguna por la simple razón de que todos sabemos muy bien
que un tal concepto es tan solo una premisa de ficción; ninguna persona
mentalmente sana pretenderá ni siquiera por un instante que una fantasía así
pueda existir en la realidad. Pero pretendemos lo contrario por el simple placer del
juego. Entonces, si los mundos paralelos existen, ¿cómo están conectados, si se
descubre que están realmente conectados los unos a los otros? Si se trazara un
mapa de estos universos, mostrando su localización, ¿a qué se parecería ese
mapa? Por ejemplo (pienso que es una cuestión muy importante): ¿acaso están
absolutamente desgajados los unos de los otros, o acaso se superponen? Porque,
si existe superposición, entonces problemas tales como «¿Dónde existen?» y
«¿Cómo se pasa del uno al otro? admitirían posibles soluciones. Yo digo
simplemente que si estos universos existen, si se superponen realmente, es
posible que vivamos verdaderamente, literalmente, en varios mundos a la vezgrados distintos, a cada momento del tiempo. Y aunque nos veamos los unos a los
otros viviendo, caminando, hablando, algunos de nosotros quizá habiten porciones
relativamente más grandes de lo que se podría por ejemplo llamar el Universo
núm. 1; algunos otros de entre nosotros vivirían entonces una mayor porción del
universo núm. 2, la pista núm. 2 si ustedes quieren, y así sucesivamente, y no
serían simplemente nuestras impresiones subjetivas del mundo las que diferirían,
sino que habría una mezcla, una superposición de varios mundos dando como
consecuencia diferencias objetivas y no subjetivas. Las diferencias entre nuestras
percepciones serían la resultante de este estado de hecho. Añadiré esta
fascinante proposición: puede que algunos de estos mundos superpuestos se
hallen en trance de morir, de remontar el eje lateral del que hablaba, mientras que
otros se dirigen hacia zonas de mayor realidad. Estos cambios tendrían lugar
simultáneamente fuera del tiempo lineal. Estamos hablando aquí de un proceso
que es una transformación, una especie de Metamorfosis. Rematada de forma
invisible pero muy real. Y muy interesante. [...]"

Además, el escritor mexicano Roberto Bolaño afirmó de Philip K. Dick que era a los paranoicos lo que Lord Byron a los románticos.

Sobre su relación con las drogas valgan aquí sus propias palabras del epílogo de su novela A scanner darkly (Una mirada en la oscuridad), 1977, protagonizada por un policía de paisano que al investigar el origen de una droga nueva y altamente destructiva se mete tanto en su papel de drogadicto que no acaba por diferenciarse de uno de ellos:

Esta novela se ha referido a varias personas que sufrieron un castigo excesivo por lo que habían hecho. Deseaban gozar de la vida, pero eran como niños jugando en la calle. Veían a sus amigos morir uno a uno - atropellados, mutilados, destruidos -, pero ellos seguían jugando. Todos nosotros fuimos realmente felices durante algún tiempo, por muy terriblemente breve que fuera. El posterior castigo superó todo lo imaginable: no podíamos creerlo por mucho que lo viéramos.[...]

Esta novela está dedicada a todos sus amigos que murieron a causa de las drogas.

Decir también que Philip K. Dick (1928 - 1984) tiene su propio premio de ciencia ficción desde 1984 y se concede a la mejor novela original publicada en USA. Tim Powers, William Gibson, Rudy Ruker, Robert C. Wilson y Richard Morgan lo han ganado entre otros.

Por último decir que la fama de Dick ha transcendido el papel y ha saltado a la gran pantalla en multitud de ocasiones con adaptaciones más o menos conseguidas (y algunas totalmente fallidas).
Las películas basadas en cuentos o novelas de PKD son las siguientes:

Blade Runner, Ridley Scott 1982 basada en ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?
Desafío total, Paul Verhoeven 1990 basada en el cuento Podemos recordarlo todo por usted.
Asesinos cibernéticos, Christian Duguay 1995 basada en el relato La segunda variedad.
Infiltrado, Gary Fleder (2002, 2004) basada en el cuento Impostor.
Minority Report, Steven Spielberg (2002) basada en el cuento El informe de la minoría.
Paycheck, John Woo 2003 basada en el cuento La paga.
Una mirada en la oscuridad, Richard Linklater 2006 basada en la novela Una mirada en la oscuridad.
Next, Lee Tamahori 2007 basada en el cuento El hombre dorado.