sábado, 2 de mayo de 2009

Una humilde propuesta




Aprovechando que se aproxima la próxima tertulia protagonizada por el peculiar Jonathan Swift creo que conviene empezar a desmentir la imagen de escritor de literatura juvenil. Estoy seguro que mis compañeros ya han podido comprobarlo al leer los sarcasmos y críticas que aparecen profusamente en "Los viajes de Gulliver". Me permito incluir un fragmento de uno de sus panfletos más afortunados y críticos, "Una humilde propuesta"; ya sé que a Juanfe no le hace mucha gracia estilo tan descarnado pero díganme ustedes si esto es literatura juvenil:

"De manera que someto humildemente a la consideración pública que de los ciento veinte mil niños ya contabilizados, veinte mil se reserven para la crianza, de los que solo una cuarta parte habrán de ser varones, que es más de lo que concedemos a ovejas, vacas o puercos, y mi argumento es que estos niños son rara vez fruto del matrimonio, circunstancia esta no muy tenida en cuenta por nuestros salvajes. Así pues, un macho sería suficiente para atender a cuatro hembras y los restantes cien mil pueden, al año de vida, ser vendidos a la gente de alcurnia y fortuna de todo el reino, siempre aconsejando a la madre que les deje mamar copiosamente durante el último mes, para que se pongan rellenos y regordetes, aptos para la buena mesa. Un niño serviría para dos platos en un convite, y cuando la familia almuerce sola, los cuartos delanteros o traseros harían un buen plato, y sazonados con un poco de pimienta y sal estarían muy buenos hervidos a los cuatro días, especialmente en invierno.

He calculado que un niño recién nacido pesa como promedio unas 12 libras y que en un año natural, si se le amamanta medianamente, puede llegar hasta las 28 libras.

Reconozco que esta comida será algo cara, y por lo tanto muy apropiada para los terratenientes, quienes, como ya han devorado a la mayoría de los padres, parece que tienen todo el derecho sobre los hijos".

Juan.

2 comentarios:

  1. Por cierto el último párrafo me parece de una sinceridad devastadora.
    Yo tenía claro que Los viajes de Gulliver no era una novela juvenil, pero aún así me han sorprendido algunos detalles sexuales incluidos en la novela. No me los esperaba.

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  2. Sexuales y escatológicos; curiosísimo el relato detallado de la eliminación de los excrementos del gigante Lemuel en Liliput. Por cierto, no sé si sabías que en la edición de Salvat, en la que yo leí el libro por primera vez, estos detalles más escabrosos son convenientemente eliminados. Y misteriosamente Laputa ya no se llama así sino Lupata.

    Al incluir el texto iba a hacer un comentario llamando la atención sobre ese último párrafo. No lo he hecho porque conozco bien la capacidad de Javi y sabía que repararía hábilmente en el sarcástico detalle.

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