sábado, 20 de febrero de 2010

Elegía, ¿aceptación de la muerte? Algunos ejemplos extraídos de los cuentos de ciencia ficción

No es fácil aceptar que nos vamos a morir, pero si una cosa es cierta es que todo el mundo se muere. Sin comentarios. Elegía es una obra sobre la muerte, hospitales y cementerios son lugares comunes, pero también está impregnada de la otra fuerza principal de la naturaleza: el sexo. El sexo le hace a un sentirse vivo, eso al menos es una de las cosas que tiene claras el protagonista de Everyman. No tengo tan claro, sin embargo, que acepte la proximidad de su muerte. Envejece, la gente a su alrededor, de su edad o más jóvenes, mueren, ya no puede practicar sexo de la misma forma que antes, piensa en las cosas que no ha hecho bien, o cree no haberlo hecho, a lo largo de su vida, visita la tumba de sus padres, pero no creo que se deje vencer fácilmente abrazando la negrura que supone la no existencia. Se sabe viejo y enfermo, pero sigue luchando, operación tras operación intenta que su cuerpo aguante. La muerte le viene sin esperarla, luego de una operación no más complicada que las demás ya no despierta. El protagonista de la obra de Roth muere tras un largo galanteo con la muerte, pero sin desearlo, ni siquiera contempla seriamente que vaya a morir, tan sólo es una posibilidad.
Durante la tertulia se la comparó con La muerte de Iván Ilich, de Tolstoi. Obra que no he leído. Sin embargo voy a poner otros ejemplos extraídos de la literatura sobre personajes que ven la muerte delante y después de comprender que toda resistencia es infructuosa se dejan ir. Para ello voy a recurrir a un género muy específico, la ciencia ficción, y a una técnica también concreta, el cuento corto. Van a colaborar conmigo dos "maestros" del género, Damon Knight y Ray Bradbury. El primero murió a los ochenta años y el otro va camino de cumplir los noventa.
Calidoscopio es uno de los cuentos más famosos de Ray Bradbury. En él se narra las vicisitudes de unos astronautas, náufragos en el espacio, tras la explosión de su cohete. Sin ninguna posibilidad de rescate siguen órbitas dispares enfundados en sus trajes espaciales. Algunos morirán al caer sobre la Luna, otros arderán en la atmósfera de la Tierra al hacer su entrada, mientras que otros vagarán por el vacío eternamente, pero mucho muchísimo antes ya habrán muerto al acabárseles el aire. Por medio de la radio consiguen hablar unos con otros. Aparecen viejos rencores y se recobran amistades. Por supuesto el último de ellos acepta su suerte. Cuando Hollis está a punto de llegar a su destino piensa: "Cuando choque con la atmósfera arederé como un meteoro. ¿Me verá alguien?"
Bradbury vuelve a tratar el tema de la aceptación de la muerte en su cuento corto La última noche del mundo. En él una pareja se despide sabiendo que esa noche acabará el mundo. En ningún momento se explica por qué ni cómo, sencillamente se sabe.
Damon Knight escribió en 1957 El moribundo. Relato en el que se relata la odisea de Dio, habitante de una sociedad utópica donde nadie muere y todos permanecen jóvenes y sanos. Sin embargo contrae una extraña enfermedad degenerativa y parece que la no existencia es el único final posible. Al final los médicos encuentran una explicación a su mal. Para conseguir prolongar la vida se había mantenido indefinidamente la adolescencia de los humanos, pero Dio comienza a madurar. Luego uno se entera que su caso no es único y que a la larga, en algunos casos muy a la larga, todos acabarán muriendo. La ex novia de Dio, Claire, lo acompaña en sus últimos momentos, plácidos luego de comprender la inevitabilidad de su destino. El último párrafo nos revela los pensamientos íntimos de Claire tras la muerte de Dio: "En su imaginación, la oscuridad toma la forma de un rostro gris y terrible. Para ella sola, los labios sonrientes susurran: Algún día".
Por último comentar otro cuento del mismo autor: Oh tiempo, retrocede. Los protagonistas viven la vida empezando desde la muerte y van retrocediendo hasta el momento del nacimiento. Es un cuento muy curioso en el que se aplica de forma impecable la técnica literaria de "darle la vuelta a la tortilla".


Javi

1 comentario:

  1. En este último cuento de Knight que comentas lo que no he acabado de entender es si está narrado al revés o es que verdaderamente la decrepitud es el origen. Si se trata de esto último me pregunto si cuando llegas a la niñez acumulas los recuerdos de la edad madura o senil.

    Interesante también que en el cuento de Bradbury el último de los supervivientes desaparezca esperando haber dejado algún rastro de su paso por aquí. Comentaba yo al hablar de Buzzati que la inmensa mayoría de los mortales se va con la conciencia lacerante de que nuestro destino es ser olvidados sin más.

    Juan

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