viernes, 19 de diciembre de 2008

NOTICIAS 19/12/2008

[11:45] Localizados dos ejemplares de El hombre en el castillo en la FNAC de Valencia. La disponibilidad de la obra está más que confirmada. Así que querido contertuliano ya no tienes excusa para no adquirir el libro. ¡Estas Navidades pide de regalo el libro de la próxima tertulia!

[11:40] Javier Bataller propone la elección de La Tertulia del Año". Teniendo en cuenta el malestar generado por algunas de las puntuaciones obtenidas por alguno libros, más concretamente La soledad del corredor de fondo y Confesiones de una máscara, la idea de Javier Bataller consiste en votar a tres de los libros ya leídos con 3, 2 o 1 puntos según afinidad para así constatar numéricamente cuál es la mejor obra de la tertulia leída durante el 2008. Javier propone también votar a través de la opción Comentarios de esta entrada.

4 comentarios:

  1. Juan, alias Lafargue, vota los siguientes libros: 3 puntos para "La soledad del corredor de fondo", 2 puntos para "Al sur de la frontera al oeste del sol" y 1 punto para "La carretera". Perdonen que sea tan puñetero pero sigue habiendo una cierta distorsión en el hecho de que me gusta mucho más la obra de Sillitoe que la de Murakami, a pesar de que solo hay un punto de diferencia.

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  2. Javi vota 3 puntos para "Al sur de la frontera, al oeste del Sol", 2 puntos para "La soledad del corredor de fondo" y 1 punto para "La carretera". Aunque no os lo creais esto no es Eurovisión.

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  3. Sobre “El cuadro de la lancha pesquera”

    Entiendo la fascinación de Juan por el libro de Sillitoe, aunque discrepo ante la especial atención que mostró, tanto durante la tertulia como en su comentario del blog, por el primero de los relatos. De hecho, me parece injusto que el resto de relatos fueran valorados secundariamente y que a la sazón nuestra charla en torno al libro se limitase casi exclusivamente a la heroica rebeldía del corredor.

    Para mí, esta obra se construye a partir de una serie de constataciones sobre las miserias cotidianas. Su fuerza emotiva, su efecto turbador en la conciencia se basa en la confirmación, por parte del lector, de que esas “historias mínimas” constituyen parte esencial de nuestra naturaleza.

    ¿Cuáles son los temas, más allá del aspecto puramente social o socio-histórico?

    Los habituales en gran parte de la literatura del siglo XX. En “El tío Ernest”, la soledad de un malhumorado tapicero provoca actos de generosidad que su entorno no acaba de entender sino como los móviles de un degenerado. En “El Sr Raynor, maestro de escuela”, aparecen la insatisfacción y el tedio. En los relatos sobre el enmadrado Jim Scarfedale y el crecidito y belicoso Frankie Buller topamos con dos ejemplos de fracaso: naufragios sentimental y moral en uno y tierna desmitificación en el otro.

    La presencia de estos motivos (soledad, insatisfacción, tedio, fracaso…) a lo largo de los distintos cuentos determina el estilo de Sillitoe: su recreación en las miserias, su particular iluminación de nuestras flaquezas y penurias.

    Sin duda, el contexto socio-histórico contribuye a machacar y doblegar moralmente a sus personajes, que se ven obligados a enfrentarse a sus limitaciones. Así, “El tío vivo” (como nos hizo ver Javier) puede leerse en clave simbólica e interpretarse como la exclusión de los marginados; en “El partido de fútbol” se relata un episodio de brutalidad gratuita; y en el cuento sobre el suicida y su pequeño ayudante Sillitoe ironiza sobre la imposibilidad de disponer de nuestra propia vida.

    Considerando todo esto, la obra muestra un panorama desolador, angustioso, moralmente insidioso incluso.

    Salvo por el relato inicial, “La soledad…”, que sí es una narración marcadamente social, combativa. Es todo lo que Juan nos ha explicado, pero, a la vez, es más. La rebeldía, el orgullo y el pundonor del individuo ante la “sociedad alienante” constituyen ese atisbo de esperanza en un mundo miserable descrito por extenso en cada cuento de la antología.

    Cierto que la narración autobiográfica, retrospectiva y crítica del joven corredor recuerda a la picaresca, pero, desde una perspectiva amplia, toda novela “realista” narrada en primera persona debería considerarse heredera de la picaresca.

    En mi opinión, además de la victoriosa derrota, son la reconstrucción de los recuerdos, el esfuerzo físico en soledad que propicia la reflexión o la descripción de las sensaciones del corredor durante sus carreras en las frías mañanas de la campiña lo que aporta el toque de originalidad al relato. Y si quisiéramos buscar una referencia literaria, deberíamos encontrarla en la ascética religiosa: esfuerzo, superación, perfeccionamiento… Aunque este parangón entra ya dentro del mero disparate.

    Por último, (y para abreviar) los cuentos de Sillitoe podrían adscribirse a la literatura existencialista de posguerra. No son únicamente combativos o “sociales”, sino que intentan también (como toda buena literatura) explorar la condición humana. La crítica de un mundo imperfecto no se basa tan solo en el cuestionamiento de un modelo social, sino en el análisis moral de la naturaleza humana. Por lo que nuestro autor no duda en evidenciar las desviaciones morales (Jim Scarfedale), los pecados menores (el maestro), el flirteo con la ilegalidad… a la vez que magnifica actitudes nobles en personajes extraídos del lumpen, de la marginalidad (La soledad…)

    “El cuadro de la lancha pesquera”, cuento que no había mencionado hasta el momento, constituye el núcleo temático del libro (o, al menos, como me ha sobrecogido, eso es lo que quiero pensar). Mediante la progresiva degradación y el tristísimo reencuentro de una pareja, Sillitoe nos muestra el espejo y nos habla de lo que somos o podríamos ser. Describe, de nuevo, la miseria humana, el consuelo casi animal entre dos personajes abúlicos, los remordimientos por la insolidaridad, y, en esencia, la soledad del individuo.

    Admitamos que Sillitoe fue un “angry man”, pero concedamos igualmente que sus escritos trascienden los determinismos sociales y contribuyen a erigir la épica cotidiana de la mísera existencia del ser humano a lo largo de la historia.

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  4. ¡En mi opinión, este último comentario me parece un análisis bastante bueno y detallado del libro de Sillitoe. Si no te importa lo incluiré en el acta de la misma. Por cierto, estaría bien firmar los comentarios al final, así sabremos a quien responder para criticar o felicitar (se admiten las dos opciones siempre que se haga con CORRECCIÓN, no la de Bernhard que está gafada y nunca sale elegida). También se admiten seudónimos, iniciales, etc.
    Javi

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